jueves, 8 de marzo de 2012

Consumo de drogas ilícitas y seguridad comunitaria

En los últimos años hemos visto un incremento en la percepción de inseguridad asociada al consumo de drogas ilícitas en las los barrios y comunidades costarricenses. A lo que las respuestas han sido estrategias de “guerra” o “combate” contra las drogas, que han traído más problemas que beneficios. La estigmatización y discriminación que sufren las personas consumidoras de drogas, atentan contra su seguridad y salud personal, así como de la sociedad en general. Es necesario promover políticas de drogas participativas, basada en evidencia científica y fundamentada en un enfoque de derechos humanos.

Tomando en cuenta que el consumo de drogas no es un delito, así como un fenómeno complejo y multifactorial, la seguridad comunitaria se deben llevar a cabo de una manera integral, promoviendo la formación de capital humano y de redes sociales. La policía juega un papel esencial para acercarse a la población consumidora, pero no pueden realizar su trabajo de forma aislada. Entendemos que mencionar la necesidad de trabajar con los mismos consumidores y sus familias puede ser algo complicado y para algunos hasta impensable, pero el discriminarlos y no tomarlos en cuenta en los proyectos y estrategias que están dirigidos hacia ellos/as, es perder tiempo y recursos.

Arrestar u obligar a tratamiento a todas las personas que consuman drogas ilícitas en la vía pública no va a solucionar el problema, sino que más bien lo puede empeorar, ya que aumenta la inseguridad y atenta contra sus derechos humanos. Como bien lo dice la reciente Declaración Conjunta de 12 organizaciones de Naciones Unidas sobre los centros de detención y rehabilitación obligatoria de drogas: “Los centros de detención y rehabilitación obligatoria de drogas, plantean cuestionamientos sobre los derechos humanos y amenazan la salud de los detenidos, incluso a través de una mayor vulnerabilidad al VIH y la tuberculosis (TB)” (http://bit.ly/AbYg4f).